domingo, 7 de junio de 2009

LOU REED- TRANSFORMER (1972)

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En teoría, un LP como Transformer no debería aparecer aquí, si acaso podríamos justificarlo por el hecho de que es un disco al que no me refiero mucho cuando hablo de música, pero hay que decir que seguramente fue el mayor éxito comercial de Lou Reed, del que podríamos haber incluido cualquiera de sus otras grabaciones en vez de esta, y habrían encajado mas en el teórico espíritu esta web (incluso los que grabó con The Velvet Underground pese al reconocimiento mayoritario entre la crítica del que gozan hoy día).
Por otro lado, podemos considerar Transformer un disco en gran parte obra de David Bowie (no sé hasta que punto), así que convendría empezar por ahí.

En 1972 Bowie estaba probablemente en su cima artística y creativa. Pese a tener 25 años, llevaba ya 5 LPs grabados, los 3 últimos (The man who sold the world, Hunky dory y Ziggy Stardust, por este orden) podrían ser considerados obras maestras (junto al grupo de músicos que llamó The Spiders from Mars y que le acompañarían hasta el posterior Aladdin Sane), y el último de ellos valorado por por muchos críticos como el mejor de su carrera (podríamos discutir esa opinión, aunque tampoco demasiado).
Aún tendría tiempo, por cierto, de grabar unos cuantos discos mas de mucha entidad, pero este no es el tema que ahora nos ocupa.

En tanto en cuanto el glam rock, calificación que le quedaba pequeña a Bowie, era el estilo de moda en su momento, la mera creación de discos no era suficiente, y por tanto el siguiente paso añadido era producir a otros artistas, especialmente a aquellos por los que sentía cierta admiración musical.

Reed era uno de ellos. Así que Bowie, junto a su segundo de a bordo y por aquel entonces auténtica mano derecha musical, Mick Ronson, guitarra de Spiders from Mars pero tambien excelente pianista y arreglista, y autor de las segundas voces en sus discos (poseía una tonalidad muy similar a la de David), se trasladan a New York para producir a su admirado Reed, un poco de capa caída tras el fin de The Velvet Underground.

Antes que nada hay que decir que las producciones de Bowie tenían cierta trampa, y es que de algún modo acababa llevando a su terreno a los artistas con los que trabajaba, manipulando el arquetipo que tenemos de ellos y controlando musicalmente el resultado final. Pasó con Iggy & The Stooges en Raw Power y luego con Iggy Pop en solitario en The Idiot y Lust for life, también con Mott the Hoople y por supuesto con Reed.

La verdad es que el neoyorkino ya de por sí había asumido en cierto modo algunos parámetros del glam rock, tras el fracaso de su primera experiencia en solitario post Velvet.
A principios de los 70 Reed presentaba una estética inspirada en las películas underground de Kenneth Anger, director responsable de filmes con cierta vinculación con el rock, como el mediometraje documental (?) experimental Scorpio Rising, e incluso tuvo en mente rodar una película de corte satánico (admiraba, al igual que Jimmy Page de Led Zeppelin, al mago inglés Aleister Crowley) protagonizada por Mick Jagger (al final la novia de Jagger entonces, Marianne Faithful, estuvo vinculada al proyecto, relativamente inconcluso).

Pues bien, Anger había comenzado su carrera a principios de los 60 con un tipo de films de fuerte contenido homosexual y violento protagonizados por jovencitos con chaqueta de cuero, ajustadísimos vaqueros y la cara blanqueada y ojerosa. Algo así vemos en la portada de Transformer, gentileza del director artístico de Reed y diseñador de sus cubiertas, Ernst Thormahlen (aunque las adicciones de Reed también contribuian a ese aspecto, de hecho era habitual que se presentara en mal estado a sus actuaciones en directo), así como en la contraportada (que vemos aquí abajo), donde aparecen dos personajes representativos del submundo de prostitución masculina y travestismo del barrio de Bowery, que es el escenario que inspira este álbum. La leyenda urbana difundió que podían ser el propio Reed disfrazado (por cierto el modelo que hizo de hustler llevaba un plátano dentro del pantalón).

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Desde un punto de vista estrictamente musical, al final, junto a Bowie, Ronson y Reed se reunieron un grupo de notables músicos de sesión como los bajistas Klaus Voormann y Herbie Flowers (este también al contrabajo, manejando algunos de los mejores momentos del disco) y varios baterías. Por cierto que Bowie, cuando dejó de contar con Ronson (luego produjo su notable debut en solitario, Slaughter on 10th Avenue) y el resto de The Spiders from Mars, a partir del Diamond Dogs, y especialmente en su etapa americana (Young Americans y Station to Station) volvió a utilizar a algunos de estos colaboradores.

Comenzamos el disco con un ramalazo rock a la antigua usanza, Vicious, con ese riff de guitarra que recuerda al clásico Louie Louie de Richard Berry (o también en versión Kingsmen), gentileza de Ronson. El rock también estará presente en Hangin' Round o I'm so free, pero sobre todo, con excepción de la melodramática Perfect Day (que anticipa el siguiente disco de Reed, el oscuro Berlín), el resto, pese al contenido de algunos textos es puro glam: Make up, Goodnight Ladies o la excelente Andy's chest, aunque esta última esté inspirada en el atentado que sufrió Warhol en 1971 por parte de una radical feminista, Valerie Solanas, con unas armonías vocales a medida del tándem Bowie-Ronson, que también brillan en Satellite of Love, que parece extraída del mismo Ziggy Stardust. Especialmente ese arreglo de piano del omnipresente Ronson (como en Perfect Day) que recuerda a un tema de ese disco, Lady Stardust, y donde Reed suena hasta melódico y romántico.

Claro, que hay otro momento inolvidable, donde Reed rinde cuentas al mundo y a los personajes que rodeaban la Factory de Andy Warhol. Años después se ha convertido en un tema mas propio de las radiofórmulas de grandes éxitos, desprovisto de su sentido original y utilizado incluso en jingles publicitarios. Pero da igual, porque canciones como esta a la que me refiero, Walk on the wild side, nos reconcilian con la música.

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Años después, este Reed había desaparecido: estaba limpio, actuaba delante del Papa o junto a Pavarotti, y renegaba de su pasado, como vemos sobre estas líneas en la portada de The blue mask, juego visual y de palabras en el que la imagen del Transformer era como un reflejo de aquello que no se quería volver a ser.

LISTA DE CANCIONES

1. Vicious 2:58
2. Andy's Chest 3:21
3. Perfect Day 3:46
4. Hangin' 'Round 3:35
5. Walk On The Wild Side 4:16
6. Make Up 3:01
7. Satellite Of Love 3:40
8. Wagon Wheel 3:21
9. New York Telephone Conversation 1:32
10. I'm So Free 3:10
11. Goodnight Ladies 4:21

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